viernes, 24 de abril de 2020

DEDICADA A ANTONIO EL ALFARERO


El barro, que es de la tierra,
pasa a ser nuestro aliado
cuando, después de amasarlo,
hacemos con él cacharros
que viven con nuestra vida
aunque sea como adornos
y antes fueron instrumentos
que nos fueron cotidianos.
Tú fuiste, Antonio, tú fuiste
el artífice que antaño
nos enseñó a mucha gente
cómo querer a ese barro
que ha sido tu vida toda,
aunque dejaste un espacio
para ser el “practicante”
que atendió a los palmeños
poniéndoles inyecciones
sin asustar a los niños
pues las ponía “sin agujas”
o ellos así lo pensaban.

No hay comentarios:

Publicar un comentario