La lluvia
nos visita y nos alegra
en medio
de este encierro colectivo
veremos
si el redoble de sus truenos
aleja ya
a este virus desgraciado
que
diezma nuestros pueblos y ciudades,
que mata
sin piedad y no se fija
ni en
sexo, ni en edad, tampoco en raza
lo mismo
mata al pobre o mata al rico
tal vez
para decirnos sin tapujos
que todos
somos hijos de la misma
Madre Naturaleza
que nos hizo.
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