martes, 2 de diciembre de 2014

Miedo escénico



         Le avisaron por el interfono que acababan de abrir las puertas. Se le vino el estómago a la boca. Trató de calmarse pensando que, tal vez, no viniera nadie, pero sabía que era un pensamiento absurdo puesto que se habían vendido todas las entradas. Miró por el pequeño descosido del telón y su pulso se aceleró hasta lo inimaginable: la gente entraba atropelladamente para poder elegir un buen sitio pues las localidades no eran numeradas.
En el patio de butacas no cabía un alfiler y la platea estaba a punto de llenarse por completo. Estaba perdido sin remedio posible. La angustia le atenazaba la garganta y luchó por tragar saliva para que la voz no le fallase al dirigirse al público que abarrotaba ya la sala.
Al fin y al cabo no tenía más remedio que salir a escena y explicarles que lo del recital de Julio Iglesias sólo era una burda mentira.

2 comentarios:

  1. jajajaja.... lo que daría yo por ver esas caras!!

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  2. Me parece que mas que "miedo escénico", el miedo es a la escena que le van a montar.

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