Con tanta
intensidad
con tanta prisa
se nos va el
existir
sin darnos cuenta
que este fluir sin
tregua
que la vida parece
con tanto
correcalles,
con tanto tropezón,
con tanto engaño,
me ha desgarrado el
alma de tal modo
que he mandado
parar a mis motores
para recuperar
alientos ya perdidos.
Y en este impasse
forzado y doloroso
me detengo a pensar
y me pregunto:
¿Dónde quedó el
pasado?
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