No me gusta el
silencio.
Es ventanal abierto
a recuerdos que no
quiero recordar,
a los sueños que
quieren existir
y que invaden mi
escondida intimidad
para que los acoja.
Cuentas pendientes
que quieren ser
cobradas.
Puertas abiertas
que deben ser
cerradas.
Hechos que nunca
quisiera haber vivido
y que afloran
con fuerza del
olvido
donde los encerré
hace mucho tiempo
pero se han
escapado y me visitan
y vienen a quedarse
para vivir conmigo.
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