“Eso,
tú sigue sin rumbo fijo y verás…”. Era la cantinela que su madre le había
repetido una y otra vez durante toda su infancia y adolescencia pero a él le
había sonado siempre a música celestial, o sea, que no le había hecho maldito
el caso y no le había ido tan mal.
Es que
las madres son unas agoreras sobre todo cuando sus hijos no les prestan
atención, pero no le había ido tan mal, al fin y al cabo lo único que no había
terminado era la secundaria obligatoria pero no hay mal que por bien no venga
porque se iba a ahorrar que le suspendieran en el bachillerato y eso ya era un
éxito.
Bueno, visto así, el éxito es tanto conseguir cosas como evitar otras. Muy irónico.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Es la ironía fruto de la experiencia.
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