Yo te dejé en
aquella estación
donde pasamos los
días más felices
pero me fui y sin
decirte adiós
jamás volví a
llamar a tu puerta.
Es la verdad que tuve yo la culpa
pues no te dí
ninguna explicación
y era de ley que te
la hubiera dado.
Te hice sufrir y
nunca sabré cuánto
y me perdí hacerte
muy feliz
quedándome a tu
lado.
Quizás mi deuda
contigo sea tan grande
que tenga que
pagarte en una vida,
pero si ésta la
llevo más de media,
será imposible por
más que yo lo quiera.
Penélope es un nombre que tenía asociado a esa señora que espera. Digo tenía porque no hay como conocer a una verdadera Penélope para asociarlo a una serie de virtudes espectaculares. Nada que ver con la resignación de la mujer de Serrat o Ulises.
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