No voy a perdonarte
aunque me pagues
porque me has
traicionado, corazón.
Ni siquiera
esperaste mi llegada,
estabas
construyendo mi prisión
y dejaste que ella
se marchara,
y se fuera muy
lejos sin razón
pues tú fuiste
egoísta y, sin motivo,
escondiste el
cariño y la pasión.
Por eso ya no
quiero hacerte caso,
me escondo dentro
de un caparazón
y no voy a salir
aunque me llames,
no quiero sufrir
más el desamor.
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