Nuestro amigo residía justo en la última casa del pueblo
y poseía un hermoso jardín donde cultivaba plantas de flores amén de hortalizas
que le proporcionaban casi todo el alimento vegetal que necesitaba y, como era
una persona de poco comer, pocas veces se acercaba al mercado municipal para
comprar alimentos pues contaba con la leche de su vaca, “Hermosa” y los huevos
que le aportaban las diez o doce gallinas que cacareaban a su alrededor cuando
salía a pasear; una higuera y una decena de árboles frutales le daban fruta
suficiente para su consumo. Era pues Rogelio una persona autosuficiente que
nunca había tenido mucho contacto con sus vecinos salvo cuando recogía la
cosecha de su olivar en la que participaba como un jornalero más y con sus "compañeros"
de trabajo compartía mesa y mantel por lo que la gente le valoraba como un excelente
patrón e incluso como un buen camarada.
Habían
pasado ya dos semanas y la carta continuaba donde Rogelio la dejó cuando entró
en la casa, es decir, encima de la mesita consola que había en la misma
entrada.
Estaba almorzando como siempre en la pequeña mesa camilla
y mirando por la ventana abierta de par en par cuando una ráfaga de viento vino
a dar con el sobre a sus pies.
Se levantó a cerrar la ventana y recogió el sobre del
suelo para ponerlo encima de la mesa… fue entonces cuando algo llamó su
atención: el matasellos de la carta no era como todos, éste tenía un dibujo
diferente, como si fuera una corona.
Sin más preámbulos rasgó el sobre y sacó la carta que había
en su interior:
“Muy apreciado conciudadano”, rezaba el encabezamiento, y
continuaba:
“En primer lugar desearle que se encuentre en perfectas
condiciones de salud y en segundo, comunicarle que ha sido designado por sorteo
entre todos los vecinos de la comunidad, para encarnar el personaje del Rey
Baltasar en la cabalgata que habrá de celebrarse el día cinco de Enero
próximo…” Aquí dejó de leer y dio un respingo gritando: ¡No! ¡Yo no quiero ser
Rey!
En ese mismo instante despertó en el suelo, pues se había
caído de la hamaca, y sangrando por la nariz, que era la parte de su anatomía
que había aterrizado en primer lugar. El sobre estaba en su mano y sin abrir:
sólo había sido un sueño.
premonitorio ?.?
ResponderEliminaryo no quise ser presidenta de la AVV. y si estoy 6 después 🙄🙄
besos