Como velada
por una tenue cortina de
niebla vaporosa
percibo tu silueta
y es que al mirar mi vista me
fracasa
porque ya no es capaz
de fijar las figuras que
contemplo
y mi retina
opaca, vaga, envejecida
no puede transmitir a mi
cerebro
ni tu beldad, ni tu candor
y, aún menos,
el amor que rebosa
floreciente
desde tu corazón para llegar
hasta la orilla
de este vetusto sueño que te
aguarda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario