Tenía tantas cosas que contarte
que no supe por donde comenzar,
tantos te quiero que decirte
pero se me paró el reloj
y mi memoria comenzó a quebrarse.
Mi corazón pedía amor a gritos
pero mi boca no le obedeció,
ya no salió jamás ningún sonido
en el mutismo se encerró mi voz.
Mis ojos intentaron suplantarla
mas la ceguera también me lo impidió.
Lo quise intentar con las caricias
pero mis manos…
pero mis besos…
pero yo… ya no era yo.
¡Fantástico!. ¡Maldito alzheimer!
ResponderEliminarJamás volveremos a ser lo que fuimos, la vida nos da tantos palos que es imposible retroceder
ResponderEliminarbesos