Entre el cielo protector
de tus caricias,
y el infierno aterrador
de tus desprecios
mi alma está maltrecha
y maltratada
y el dolor se
apodera de mi cuerpo.
Ya no siento tus manos
cariciantes,
sólo encuentro
desmanes y despechos,
las unas me
devuelven a la vida,
los otros me
sepultan como muerto.
Yo no encuentro
palabras que definan
este amor-desamor
que estoy viviendo,
ya no sé si me
quieres o me odias,
me estoy volviendo
loco, lo confieso
porque tú no me
dices ya las cosas
que decías antaño y
yo recuerdo,
ni me abrazas ni
besas, ni tampoco,
te siento ya vivir
aquí muy dentro.
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