Yo
nunca me aprendí la lista de los reyes godos y tampoco nadie me la preguntó, lo
que sí me aprendí, del derecho y del revés, fue el Catecismo de Ripalda y,
tomándomelo al pie de la letra me hinché de rezar para que Dios me concediese
el coche de mis sueños:
“¿Qué
es orar?”
“Orar
es levantar el corazón a Dios y pedirle MERCEDES”..
Y una
de dos, o yo no oraba lo suficiente o no levantaba el corazón tanto como era
necesario y eso que me subía en la escalera que mi padre tenía para arreglar
los plomos de la casa cuando se fundían, pero nada, no hubo forma de conseguir
el soñado MERCEDES.
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