lunes, 9 de julio de 2012

Rebeldía antieclesiástica.


Ayer fue el santo de mi madre. Mi madre se llama Isabel y cuando cambiaron la fecha de su santo al día cuatro de julio, ella se negó en redondo a admitir el dichoso cambio porque llevaba toda una vida haciéndolo el día 8. A mi abuela Isabel le pasó lo mismo e hizo caso omiso a la arbitrariedad eclesiástica. Son dos casos de rebeldía antipapal que me hacen pensar en lo que pasaría si todos nos negásemos a aceptar las arbitrariedades del gobierno Rajoy.

Seguramente que le dolería la cabeza a alguien.

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