Cuando
empezamos a relacionarnos en sociedad los eventos que compartimos con los demás
son las bodas de nuestros amigos y amigas y luego los bautizos de nuestros
hijos e hijas. Unos años después vamos compartiendo las comuniones y, al cabo
de cierto tiempo las bodas de nuestra
prole y los bautizos de sus vástagos, pero hay un momento en que
comenzamos a compartir también la muerte de nuestros seres queridos y eso ya no
es tan agradable como lo anterior. Vamos perdiendo familia y nos quedamos como
el último bastión de nuestro apellido oteando el horizonte de nuestro destino
que no queremos que sea visible para así no sentirlo demasiado próximo aunque
sabemos que, en algún momento, será inevitable pero no terrible porque atrás
quedarán todos esos años que habremos vivido y disfrutado con los demás.
No sé
si me estoy poniendo demasiado trascendente pero es que el jueves pasado se me
fue mi madre y todavía no entiendo cómo ha sido.
No te esfuerces en comprenderlo. La vida es así, tiene fin. De una u otra manera, pero siempre hay un fin. Solo cuando "acabamos" nosotros mismos es cuando dejamos de preocuparnos por ello. Y entonces ya no hace falta buscar ni razones ni causas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siento muchísimo tu pérdida. No te pones trascendente porque la misma vida es trascendente. Es el orden vital que va acumulándose en nuestra memoria, en momentos felices y en otros mas tristes. No busques razones.
ResponderEliminarUn abrazo