Llueve
y la tierra se torna en esponja
ansiosa de agua que colme su sed.
Llueve
y las flores se inclinan mojadas
mas con la ilusión de alzarse otra vez.
Llueve
y yo miro cómo caen sus gotas
con ansia escondida al verlas caer.
Llueve,
mansamente llueve, como acariciando,
se para un momento y vuelve a llover.
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