El hecho de ser tuerto del ojo izquierdo había
influido negativamente en la formación de su personalidad pues todo lo veía con
una perspectiva diferente. Sus ideas de derechas eran, según sus amigos, una
directa consecuencia de su defecto visual y, cuando le afeaban alguna acción,
solía mirar de forma atravesada a quien
le criticara. Pero, para corroborar esta afirmación, siempre tuvo medias
novias, dejaba las cosas a medias y le gustaban las medias tintas, es decir,
nunca era demasiado claro aunque esto podría deberse a la miopía que sufría en
su ojo bueno.
En definitiva, era un ser que había sido
víctima de su tara y no se le podía hacer totalmente culpable de lo que sentía
ni de lo que pensaba sino sólo a medias.
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