Esas tardes de
invierno
que se van tan
deprisa
y cuando te das
cuenta
ya están casi
muriendo.
Apenas te dan
tiempo
a apurar el café
y ni siquiera
arropan
a los humildes
pájaros
que se encuentran
su árbol
desnudo y sin
cobijo
para pasar la noche
y guardarse del
frío.
Esas tardes de
invierno
a veces ni
calientan
por mucho que sus
cielos
estén sin nube
alguna,
lo mismo que nos
pasa
a los seres humanos
al sentirnos ufanos
de lo que
proponemos
aunque nunca
tratamos
de hacerlo
realidad.
pero si son tarde eternas!!!
ResponderEliminarte dan tiempo de tomarte media docena de cafés....