Cuando el
reflejo de las luces del crepúsculo tiñe de rojo las copas desnudas de los
árboles de la alameda, las tórtolas arrullan el atardecer al par que el cuco
parece dar la hora sin sentido y los rabilargos retornan a sus cobijos para
pasar la noche.
En el
arroyo las ranas comienzan su sinfonía monótona y la culebra de agua se apresta
a cazar algún batracio para la cena antes de buscar un refugio donde
aletargarse.
La fría
y plateada luz de la Luna inunda el brumoso anochecer y la hojarasca se agita
cuando algún roedor se mueve buscando algo que comer mientras el mochuelo otea
el espacio con sus enormes ojos redondos tratando de ubicar al responsable del
ruido.
Sólo es
el final del otoño pero la noche se enfría lenta e inexorablemente para conducirnos
hacia una madrugada, tal vez, gélida.
Todo luce melancólico a finales de otoño...
ResponderEliminarSaludos,
J.
final de otoñoooooo????
ResponderEliminary vuelta al inviernooo?????
nooooooo
ya casi es primavera!!!
besos.