En la casita de al
lado
vivía un niño
pelirrojo
y en una jaula
tenía
un pobre jilguero
cojo.
Se lo encontró una
mañana
cuando iba hacia la
escuela,
como vio que estaba
herido
lo dejó en lo de su
abuela.
La abuela curó la
herida
pero el pobre
jilguerillo
se quedó con una
pata
y un muñón en la de
al lado.
Con un palillo de
dientes
el niño le hizo una
pata
y el pajarillo
contento
cada día más
cantaba
y ya nadie se
fijaba
cuando escuchaba al
cantor
trinando cual ruiseñor
aunque al pobre jilguerillo
le faltase aquella
pata.
Y el niño con mucha
gracia
le puso nombre
pirata,
Barbanegra le llamó
como el que hundía
galeones
en tiempos Maricastaña
y el cuento aquí se
acabó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario