Las notas
lastimeras del ulular del viento
ahuyentan mis
anhelos hasta quién sabe dónde,
tal vez hasta las
tierras de nunca jamás
para que ya no
vuelvan a vivir conmigo
y dejen mi
existencia huérfana de amor.
La lluvia que me
llama tras de los cristales
tocando sobre ellos
mensajes cifrados
que no sé
interpretar, que no sé lo que dicen
pero que estoy
seguro me hablan sobre ti
y es que el viento
y la lluvia siempre son hermanos
que viven abrazados
como dos amantes,
que no tienen
secretos nunca entre los dos.
No, parece que secretos no tienen. Nos lo están dejando claro.
ResponderEliminarLa lluvia siempre nos llama, la cuestión es saber escucharla o no.
ResponderEliminarSaludos,
J.