Como el repiqueteo
de la lluvia en los cristales
que sabes cuando
empieza pero no cuando acaba,
mi pobre corazón
late por tus caricias
que son el
combustible que me otorga la vida.
Si te abrazo, mi
cuerpo tiembla como el azogue,
si te beso, se
erizan mis vellos al instante
y me siento flotar
en el aire liviano
como si no pesara…
como si fuese ya
una pluma que vuela
a merced de la
brisa.
Precioso leerle es
ResponderEliminarbello, simplemente bello!!!
ResponderEliminarbesos.