viernes, 2 de enero de 2015

Quien roba a un ladrón…



Como no podía ser de otra manera Antoñita estaba eufórica por la suerte que había tenido: Encontrarse en medio de la acera una cartera con cinco mil euros.
Lo malo es que tenía un carnet de identidad que ponía de manifiesto quién era su dueño, y el fulano era uno de los personajes más indeseables de la ciudad.
         Se acordó del refrán y se quedó con ella. Eso sí, devolvió el carnet.

No hay comentarios:

Publicar un comentario