Enhebraba el sol en
sus cabellos
su luz dorada
cuando la Aurora se
dormía de nuevo
esa mañana.
La vida comenzaba
para ella
igual que el día
y no podría
imaginarse nunca
qué pasaría.
Ella tenía sólo
quince años
y no pensaba
en que la vida puede
sorprenderte
cada mañana.
Cada mañana,
la vida comenzaba
para ella
igual que el día.
Qué sabe nadie
lo que te puede
suceder,
qué sabe nadie.
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