domingo, 20 de abril de 2014

Recuerdos de juventud



Miró por todas partes pero no había nadie con quien hacer justicia. Se hallaba perdido en una ciudad desconocida y no encontraba una persona que le pudiese orientar acerca del lugar que buscaba.
¿Quién le había mandado meterse a resolver problemas que no eran de su incumbencia? ¿Por qué no había sido capaz de escurrir el bulto como en otras ocasiones ante una situación parecida?
Le fastidiaba andar sin rumbo fijo como un idiota pero, visto lo visto, no tenía más remedio porque el tiempo apremiaba y no era cosa de quedarse como un pasmarote esperando que apareciese alguien a quien preguntar.
Entonces fue cuando su mirada se fijó en aquel cartel medio borroso y descolorido por el paso del tiempo:
“Chez Mme. Eloïse”
Pudo leer, no sin hacer un esfuerzo, debajo mismo del cartelón que estaba fijado al balcón central del primer piso de la casa.
Entró en el portal sin pensárselo dos veces y subió de dos en dos los escalones que le condujeron al primer piso. Sólo había una puerta así que no dudó en llamar al timbre.
Una anciana de cabellos blancos le abrió una rendija de la puerta y preguntó:
Bonjour. Quest-ce que vous voulez, monsieur?
Perdón, señora, yo no hablo francés se defendió.
La anciana sonrió y dijo con un fuerte acento francés:
¿En qué puedo servirle, monsieur?
Quisiera saber si vive aquí Mme. Eloïse contestó.
La anciana le miró de arriba abajo y luego de pensar, durante unos momentos, le informó:
Mme. Eloïse vivió aquí hace mucho tiempo pero un día cerró la casa de citas, me regaló el piso a mí y se volvió a España, creo que a Córdoba.
Dio las gracias a la anciana y volvió sobre sus pasos para tomar un taxi que le llevase a la estación de ferrocarriles. Cuando llegó a su casa se fue directamente a la cocina donde su madre estaba preparando un salmorejo y le soltó sin contemplaciones:
¡Sabes lo que te digo!
Dime, hijo, dime, pero, ¿por qué estás tan agitado?
Porque me parece que la abuela Eloísa no está tan loca como tú crees y lo que cuenta de su juventud no son patrañas.

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