El silencio se apoderaba de todo a la
vez que el sol se iba definitivamente por poniente. Los pájaros habían dejado
de cantar y ya no lo volverían a hacer hasta que las primeras luces del alba
anunciaran el nacimiento de un nuevo día. Ahora era el momento de los ruidos
nocturnos en el bosque: el correteo de los roedores entre la hojarasca, el
canto de las rapaces marcando territorios que sólo ellas con sus enormes ojos
pueden vigilar, el croar de las ranas,…
Todo un
mundo de sensaciones que únicamente los noctámbulos pueden apreciar y que no
deja de sonar durante toda la noche a no ser que… a no ser que el rey de las
tinieblas salga de caza, entonces el silencio se vuelve sepulcral, diríase que
se podría cortar con un cuchillo mientras el cazador se enseñorea del lugar y
los demás seres vivos se esconden para no atraer su atención aunque saben que
cada uno puede ser esta noche el plato principal del festín del vampiro.
¡Vaya!
Me estaba asustando hasta yo mismo.
a mi que el campo nunca me ha gustado, me da mucho miedo de noche
ResponderEliminarPorque de noche todos los gatos son pardos.
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