Nunca nadie le preguntó si le gustaba
vivir allí. Simplemente nació en aquel lugar y en él había pasado toda su vida.
No se planteó jamás que hubiera otro escenario donde vivir porque no había tenido
noticias de su existencia y contaba con todo lo que necesitaba.
Se
sentía enormemente agradecido a quien le suministraba el agua y el alimento
diariamente amén de realizarle la limpieza de su entorno vital. Por eso
proclamaba melodiosamente a los cuatro vientos su “felicidad”.
Aquella jaula era todo lo que precisaba
para estar contento.
a veces no hace falta más que la tranquilidad.... y si él se sentía feliz allí......
ResponderEliminarLa felicidad de no tener necesidades es un mero engaño, pero hay gente que se conforma con no saber nada para no tener ganas de ello.
ResponderEliminarUn saludo
JM