“Cupido tuvo la culpa”. La frase se me
quedó como si a fuego me la hubieran grabado en la frente. ¿Cupido tuvo la
culpa? ¡Valiente justificación a estas alturas! Digo yo que para decirme que no
había sido un hijo deseado podría haber elegido otro lugar y otro momento, pero
las mujeres, y sobre todo mi madre, suelen ser así de ocurrentes y hacen y
dicen cosas de lo más inoportuno. ¡Con lo decidido que estaba yo a lanzarme al
vacío desde la azotea! Ahora tendré que suspender mi suicidio para enterarme de
los pormenores de la historia.
No tomes literalmente lo que aquí se muestra, siempre puede haber una segunda lectura... o, tal vez, no.
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- El regreso de Rigoberto
- Rigoberto y el mar
- La ciudad en peligro
- El caso de la Baronesa promiscua
- La Leyenda del Arquito Quemado
- Una comida caníbal
- ROMANCE A UN PALMEÑO ILUSTRE
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