A los dos meses justos, es decir, ayer
a las seis de la tarde nos reunimos todas las familias que acogemos niños y
niñas saharauis en la provincia de Córdoba. Aunque este año han sido algunos
menos, los acogidos han sido más del centenar. Y, por más que todos sabemos que
se tienen que ir con sus familias, no cabe duda que el nudo en la garganta era
inevitable: las últimas fotos, los últimos besos y abrazos,… Los que peor lo
pasaron son los que saben que ya no volverán el próximo año porque han cumplido
la edad máxima para participar en la actividad. (¡Ánimo, Ana, ya mismo podrás
volver al Sahara para pasar unos días con la familia de Salaqu y Salka!).
Geibal volverá el próximo verano y
acompañada de Fatima Gaia (la hermana de nuestro Brahím) con lo que la alegría
será doble.
Cuánto me alegro de que haya gente como vosotros. Yo trabajé en un IES de Madrid donde asistían a clase chavales saharauis, y uno llegó, según supe más tarde, a estudiar medicina.
ResponderEliminarEnhorabuena
Juan M