Siguiendo
con el tema de las bebidas refrescantes y recordando mi época de juventud en el
barrio de la Ciudad Jardín de Córdoba, voy a referirme a otra combinación mucho
menos conocida pero que en su tiempo se consumió bastante. Me refiero a la
“Amapola” que no era otra cosa que un Valgas del tamaño de una copa de vino si
bien el vino que dio origen a esta denominación no era el Valdepeñas sino el
tinto de Jumilla que daba una diferente coloración a la bebida y que algún
parroquiano del Bar Paco (que estaba junto a “Costa sol”) se le ocurrió
comparar con un supuesto zumo de amapolas. Su difusión fue mucho más local que
la del Valgas pero no he podido resistirme a referirme a ella como elemento que
perteneció a una etapa de mi vida en mi ciudad natal.
No tomes literalmente lo que aquí se muestra, siempre puede haber una segunda lectura... o, tal vez, no.
Páginas
- Página principal
- Con ojos de niño
- Un asunto poco habitual
- Un menú diferente
- Tan lejos y tan cerca a la vez
- Una rubia de bandera
- La mujer de negro
- Una llamada de teléfono
- El misterio de los números
- El encargo de Marcos
- El asunto de la vieja llave
- La desaparición de Marta
- La gárgola
- Mi abuela Isabel
- Doble Vida
- Ella no era lo que yo suponía
- Un amigo demasiado misterioso
- Una vieja conocida
- Cambio de latitud
- Rigoberto
- El regreso de Rigoberto
- Rigoberto y el mar
- La ciudad en peligro
- El caso de la Baronesa promiscua
- La Leyenda del Arquito Quemado
- Una comida caníbal
- ROMANCE A UN PALMEÑO ILUSTRE
pues yo siendo de toda la vida de aquí y no lo había oído nunca.. nunca te acostarás sin saber algo nuevo....
ResponderEliminarPues tengo preparada otra entrada que te va a dejar con las "patas colgando"
ResponderEliminarPolitos flash le decía mi hermana a eso. Un valguitas de niño. ¿Conoce usted los "pijamas"?
ResponderEliminarPor favor no me hables de Vd. Sí conozco los pijamas y cada vez que iba con mis padres a comer a algún sitio me comía uno de postre.
Eliminar