Cuando éramos niños era fácil saber quien había
sido el autor de alguna gamberrada. Se decía aquello de “ha sido quien tenga
las manos más coloradas” y, automáticamente alguno o alguna se miraba las manos
delatándose él o ella misma.
Ahora no sé lo que pasa pero ya nadie se mira
las manos ni aunque las tenga al rojo vivo y es que, con los años, seguramente
se pierde la sensibilidad para el calor.
Vamos, digo yo que será eso. ¿O no?
se ha perdido todos los valores.... un asco...
ResponderEliminarbesos.