Ayer me dieron una sorpresa que me dejó sin
palabras y eso es harto difícil porque mi parlamento es fluido y fluyente a más
no poder.
Bueno, vayamos al grano. Como digo, ayer me
había citado con Antonio Lillo en la Biblioteca y cuando llegué, estaba
acompañado de Esperanza Caro de la Barrera y ambos se hacían cruces buscando no
sé qué cosa que era, por lo visto, importante y que nadie sabía de su
paradero. Después de varias consultas telefónicas, Antonio apareció con un
paquete envuelto en papel de regalo que Esperanza me entregó dándome las
gracias por mi colaboración en las actividades de la Feria del Libro. Me quedé
un poco parado porque no pienso que mi humilde colaboración haya sido tan
importante como para recibir un regalo pero lo que me dejó sin habla fue el
contenido del paquete: una foto mía hecha durante la lectura del Quijote
estampada en lienzo y que ya está ubicada en la pared de mi estudio.
Ahora que ya he recuperado la verborrea,
quisiera dar las más efusivas de las gracias por algo que yo he hecho y estoy
dispuesto a repetir todas las veces que haga falta sin esperar a cambio más que
el agradecimiento y el disfrute de todas las personas que participaron conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario