¡Suéltame! ¡Te digo que me sueltes! ¡Habrase
visto falta de respeto mayor! Y nada, que no me suelta el muy… ¿Pero es que
nadie me va a ayudar?... ¿Será posible?… ¿No hay nadie en casa?... Pues, te
pongas como te pongas, me tienes que soltar… ¡Valiente plan!... ¡¡Pepe,
despierta ya de la siesta!!... Pues te vas a quedar sin cenar… ¡¡Pepe, ayúdame
que se me ha agarrado el pulpo y no voy a poder cocerlo sin achicharrarme la
mano!!
No tomes literalmente lo que aquí se muestra, siempre puede haber una segunda lectura... o, tal vez, no.
Páginas
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- Con ojos de niño
- Un asunto poco habitual
- Un menú diferente
- Tan lejos y tan cerca a la vez
- Una rubia de bandera
- La mujer de negro
- Una llamada de teléfono
- El misterio de los números
- El encargo de Marcos
- El asunto de la vieja llave
- La desaparición de Marta
- La gárgola
- Mi abuela Isabel
- Doble Vida
- Ella no era lo que yo suponía
- Un amigo demasiado misterioso
- Una vieja conocida
- Cambio de latitud
- Rigoberto
- El regreso de Rigoberto
- Rigoberto y el mar
- La ciudad en peligro
- El caso de la Baronesa promiscua
- La Leyenda del Arquito Quemado
- Una comida caníbal
- ROMANCE A UN PALMEÑO ILUSTRE
Hombre Don José, deje la siesta y ayude a la señora a darle a ese bellaco "la del pulpo".
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