El
resplandor dorado de la Mimosa
es
precursor del cárdeno crepúsculo
que
despide las tardes del invierno
dando
paso a la noche de negrura
que llama
a las heladas y congela
las gotas
de rocío en la mañana.
Incluso
el mismo aire se hace sólido,
como si
fuera hielo, en los pulmones
y nos hace
imposible el suspirar
cuando no
el respirar que nos da vida.
yo estoy ya hasta el moño de invierno
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