El
descubrimiento de los Carnavales de Palma fue para mí como volver a la infancia
cuando mis tías me llevaban al barrio cordobés de La Huerta de la Reina donde
vivía un hermano de mi abuela, mi tío Manolo, con su familia. Allí mi tío Fali,
sobre todo, aunque también su hermana Luisa (hijos del tío Manolo) se
disfrazaban todos los años y salían a la calle con sus murgas cantando coplas
que yo no entendía muy bien pero que conseguían hacer reír a la gente que las
escuchaba.
Cuando el
domingo de Carnaval de año 1979 yo salí a ver las máscaras de las que tanto me
hablaban mis compañeros del colegio San Sebastián y quedé tan encantado y tan
motivado que el domingo de Piñata ya estaba en la calle disfrazado de médico
con la bata de laboratorio blanca y un fonendo que me hice con unas gomas y que
se me perdió en el segundo bar.
Fue a
partir del año 1980 y durante algunos más cuando comencé a disfrazarme en
solitario el domingo de Carnaval y con la murga de Rafalito Carmona el de
Piñata. Después vendrían las murgas de Azahares pero esa es otra historia.
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