Al cabo de dieciocho días en el
hospital de Málaga nos hemos trasladado al Reina Sofía de Córdoba con lo que
estoy bastante más cerca de mi casa.
El establecimiento es mucho más moderno
y luminoso. Sobre todo tiene un hall de entrada donde suceden multitud de
acciones observables a poco que uno fije su atención.
Visitantes con la ansiedad pintada en el rostro que se
dirigen a la escalera de acceso a la U.C.I. , otros que van hacia los
ascensores para visitar a los enfermos que ya están en habitaciones, (éstos ya
van mucho más relajados e incluso charlan animadamente cuando van en grupo).
Los hay que entran mirando a todas partes con cara de preocupación que
desaparece cuando encuentran lo que buscan: el WC.
Lo más gracioso sucedió ayer tarde: el
hall estaba prácticamente vacío y una señora se paró ante una de las puertas
que deberían abrirse automáticamente pero no fue así sino que, después de
permanecer esperando un par de minutos, cayó en la cuenta del enorme letrero
que tenía ante sus ojos: “Puerta averiada, pase por la otra, por favor”.
La mujer hizo lo que decía el letrero
y, cuando entró, como yo era el único testigo de su problema, se dirigió a mí
diciendo: “Pues ayer no estaba ese letrero cuando vine a ver a mi prima”, pero,
una de dos, o no vino ayer o entró por otra puerta porque el letrero lleva
puesto una semana.
También están los que salen a fumar y
vuelven con cara de satisfacción después de tomar su dosis de nicotina.
En definitiva, que el hall del hospital
es un lugar de lo más entretenido y además permite saludar a los paisanos y
paisanas que pasan por allí a lo largo del día.
te llevas un paquete de pipas y te lo pasas bomba!! que haya mejoría....
ResponderEliminarbesos.