La verdad es que no era propio de una persona
formal y bien considerada por sus vecinos pero no había podido resistirse a la
tentación y la cosa ya no tenía solución.
Después de su intervención era harto difícil
explicar a los demás el porqué de lo que había hecho.
Podría disimular pero sería poco ético y él no
era de los que tiran la piedra y esconden la mano… sin duda lo mejor que podía
hacer era esconder la piedra y que el seguro pagase el cristal.
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