Ahora que voy a celebrar con mis antiguos
compañeros los 50 años de la promoción de preuniversitario en el colegio ha
vuelto a mi memoria una actividad que los Maristas ponían en práctica con
nosotros que se llamaba “Paseo de émulos”.
Las aulas estaban formadas por dos hileras de
pupitres dobles que recibían el nombre de “Campo Romano” y “Campo Cartaginés”.
Cada uno de los alumnos de uno de los campos tenía un “émulo” en el otro campo.
Los profesores daban a los alumnos puntos buenos y puntos malos basándose en
los resultados académicos y en las faltas de disciplina durante cada jornada.
Al final de la semana se comparaban los puntos obtenidos por cada cual y por su
émulo correspondiente y el ganador iba de excursión el jueves por la tarde, en
cambio el perdedor debía de asistir a clase en el colegio. Las “alegrías”
cuando le daban puntos malos al émulo eran las tristezas del contrincante con
lo que aquello a mi entender no favorecía en absoluto la solidaridad sino todo
lo contrario. Afortunadamente en los últimos cursos del bachillerato se
eliminaron los dichosos campos y pudimos estrechar relaciones de amistad o, al
menos, de camaradería en lugar de aquella competitividad a ultranza que
producía el, para mí temido, “Paseo de émulos”
a veces los profesores son muy injustos....
ResponderEliminaranisssss..... besos.
No tienes ni idea...
ResponderEliminaren los puñeteros Maristas, había también algo que recuerdo muy lejo junto con esto del paseo de émulos, que consistía en la quema en la hogeura de un muñeco que iba vestido con el baby del colegio....no recuerdo si era una alegoría de eliminar al malo...no se...que alguien haga memoria
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