viernes, 5 de junio de 2015

Una advertencia inútil



         En la sala de espera donde los médicos van llamando a los familiares de los enfermos para darles información acerca del estado de los mismos, hay un cartel que me llamó la atención, rezaba así: “No mover los asientos de su sitio”
         Como quiera que fueron llamando a las demás personas y me quedé el último, no pude resistirme a la curiosidad y decidí mover la fila de asientos que tenía frente a mí. Tiré de un extremo y aquello no se movió ni un milímetro. Pensé que era demasiado pesado pero, fijándome mejor, me dí cuenta de que estaban atornillados al suelo; seguramente alguien, harto de que la gente los moviera, había tomado las medidas oportunas pero se había olvidado de quitar el cartelito.

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