Llevo ya casi quince días de
inactividad y me estoy hartando. La vida del acompañante-cuidador en el
hospital es un auténtico “coñazo” (con perdón) y es que necesito ya volver a
mis actividades de jubilado jardinero y piscinero porque estoy al borde de un
ataque de “hospitalitis” y eso que,
desde que compré este cuaderno donde escribo, la cosa está siendo un tanto más
llevadera e incluso, en determinados momentos, llega a ser casi interesante.
No tomes literalmente lo que aquí se muestra, siempre puede haber una segunda lectura... o, tal vez, no.
Páginas
- Página principal
- Con ojos de niño
- Un asunto poco habitual
- Un menú diferente
- Tan lejos y tan cerca a la vez
- Una rubia de bandera
- La mujer de negro
- Una llamada de teléfono
- El misterio de los números
- El encargo de Marcos
- El asunto de la vieja llave
- La desaparición de Marta
- La gárgola
- Mi abuela Isabel
- Doble Vida
- Ella no era lo que yo suponía
- Un amigo demasiado misterioso
- Una vieja conocida
- Cambio de latitud
- Rigoberto
- El regreso de Rigoberto
- Rigoberto y el mar
- La ciudad en peligro
- El caso de la Baronesa promiscua
- La Leyenda del Arquito Quemado
- Una comida caníbal
- ROMANCE A UN PALMEÑO ILUSTRE
Que te pasó ???contanos te espero
ResponderEliminarmil besos
seguro que tu estancia, si la sabes aprovechar bien, sacarás muchas historias para deleitarnos
ResponderEliminarbesos llenos de paciencia
La rutina hospitalaria aprieta como una escayola mal puesta.
ResponderEliminarUn abrazo y ánimo.