─ Venga, Manolito, que vas a llegar tarde y el primer
día no se puede retrasar un niño.
─ ¿Por qué?
─ Porque me lo decía mi madre y la abuela siempre
tiene razón.
─ ¡Ah, ya!
─ ¿Qué quieres decir?
─ Que sí, que sí, que la abuela siempre tiene razón…
─ Lo dices de una forma…
─ Que sí, mamá, que me voy para no llegar tarde.
─ ¡¡Llévate a tu hermana!!
─ ¡Llévate a tu hermana!¡Llévate a tu hermana! Como si
mi hermana no pudiese llevarse ella sola. ¡¡Vamos, Laurita, que llegamos
tarde!!
…
…
─ ¡Anda! ¿Y ésa quién es?
─ ¿Quién?
─ La morenita de las trenzas
─ ¿Tú estás tonto o te lo haces, Manolito?
─ Es guapísima. Debe ser nueva.
─ La verdad es que los niños sois idiotas perdidos.
─ ¿Tú la conoces, Laurita?
─ Pues claro, no ves que es Elenita…
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