Quisiera ser brisa
en la tarde otoñal
que empuja las hojas
y las hace caer
como si su fuerza fuese poderosa
porque no comprende
que estaban ya secas y quieren volar
como pajarillos
que alegres rebullen
entre la hojarasca buscando no sé,
algo de alimento, algo de comer.
Quisiera ser pintor
que añade colores
al triste paisaje
que el Invierno trajo debajo del brazo
como un equipaje de frío y pesar.
Quisiera ser viento
que empuja la lluvia
en la Primavera
llenándolo todo de luz y verdor.
Y también calor
que inunde el Estío
madurando trigos,
abrasando gentes que trabajan duro
y otros que, al revés,
solazan sus cuerpos
en playas doradas sin tener qué hacer.
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