sábado, 10 de septiembre de 2016

Recuerdos: Los supositorios y el Vicks Vaporub



El supositorio, hoy en día prácticamente desaparecido como medicamento de uso frecuente, era el “terror” de los niños de mi infancia, seguramente por lo que suponía de invasión de la zona anal.
Su uso se solía reducir al tratamiento del resfriado (supositorios balsámicos) o del estreñimiento (supositorios de glicerina). También los había con composición analgésica y antitérmica creo recordar.
En mi caso sólo sufrí los balsámicos, a los que mi madre era muy aficionada en cuanto nos sentía toser, aunque mi hermano Rafael Carlos también lloraba y pataleaba cuando le ponían los de glicerina porque era muy estreñido. Tenían que ponérselos mis padres al alimón porque era imposible sujetarle.
Asociado también a los supositorios balsámicos, mi madre, aconsejada por el médico, también utilizaba el Vicks vaporub que con sus efluvios colaboraba a la descongestión nasal. No obstante mi padre añadía de su cosecha un complemento especial para acabar con resfriados y gripe: Leche caliente con coñac y una aspirina, y es que los niños y las niñas de entonces éramos mucho más fuertes que los de ahora, por eso estamos vivos, digo yo.

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