Sin un anuncio,
sin siquiera saber
que podría pasar
se suceden los días
sin pena ni gloria
como “el cuento de
nunca acabar”.
Como si fuera
cierto
lo de que nos
aguarda algún “más allá”
pero nadie lo sabe,
pero todos lo
dicen,
lo pregonan de aquí
para allá
como una cantinela
que acompaña tu vida
sin que tú lo
desees,
sin que lo hayas
pedido,
ni tampoco quisiste
pensar
aunque es tarde me
temo
para hacer oídos
sordos y soñar y soñar y soñar.
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