Entre
las ramas secas
de
aquél árbol desnudo,
va
escapando la tarde
con
paso decidido.
Sus
luces ya se apagan
y,
allá en el horizonte,
va
dejando jirones
de
su esplendor pasado
del
color de violetas,
de
rosas y naranjas.
No tomes literalmente lo que aquí se muestra, siempre puede haber una segunda lectura... o, tal vez, no.
Está bonito el ocaso ahora que no hay nubes.
ResponderEliminarlos ocasos del otoño son maravillosos, verdad?
ResponderEliminarbesos