miércoles, 3 de mayo de 2017

Seguir soñando (2)



Sentado en la cima de la colina contemplaba como el verde trigal descendía por la suave ladera hasta el río que discurría a lo largo del pequeño valle, semejaba un mar salpicado aquí y allá por rojas amapolas que parecían emerger de entre las aguas de color esmeralda como curiosos pececillos.
El conejo blanco brotó también de entre los trigos y se le quedó mirando descarado, creyó ver que sonreía aunque los conejos no sonríen, al menos los que él había conocido,… pero aquello era un sueño y en los sueños ya se sabe que todo es posible…
Se fijó en la retama, vestida de amarillo, que estaba a su derecha y se le heló el corazón… el cazador acababa de emerger súbitamente con la escopeta encarada y apuntando directamente al conejo…
No pudo reprimir un grito: “ Noooooo, al conejo noooo “ que fue saliendo de su boca como a cámara lenta. El disparo del cazador también salió de la escopeta del mismo modo retardado y el conejo se zambulló en el trigal esquivando la descarga que pretendía segarle la vida…
La impresión fue tan grande que despertó del sueño de golpe y se encontró sentado en la cama totalmente desorientado y preguntándose qué es lo que había pasado.

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