Sangre
de ríos que riegan nuestras huertas,
océano
verde que cubre nuestras tierras
es la
naranja la reina de estos campos
y el
azahar su nieve en primavera.
Cuando
el dorado color de la naranja
refleja
el sol de las frescas mañanas,
viene
a mi mente el día que llegué
y no
veo fin a estar dentro de Palma.
Nunca
pensé abandonar mi Córdoba
pero
encontré este lugar sagrado
y ya
no pude por más que lo intenté
desarraigar
mi cuerpo de esta casa.
Hermosas letras con ese color a naranja
ResponderEliminarQué buen palmeño....!!
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