Hace unos días un colega y amigo me recordó
cosas que yo había prácticamente olvidado y que tienen relación con los dulces de
mi Córdoba natal.
En algún caso he hablado ya de los dulces de
mi infancia pero no es óbice para que retome el asunto y cuente cosas nuevas
sobre el asunto.
Recuerdo especial tienen para mí, y supongo
que para cientos de cordobeses, las tortas apestañadas del horno de la Purísima
que competían con las de Inés Rosales que todavía se hacen en la localidad sevillana
de Castilleja de la Cuesta.
En el horno de la Purísima también se podía
encargar un Pastel Cordobés especial que, además del relleno habitual de
cabello de ángel, podía tener el jamón que aportaba el encargante dando un
resultado exquisito, sobre todo si la calidad del jamón era buena.
El Manolete era la versión unipersonal del
pastel cordobés, la Pastaflora era una torta de manteca rellena de cabello de
ángel, el Cortadillo de cidra y la Sultana de coco completaban el elenco de los
dulces típicamente cordobeses.
FFFFFFFFFF!!!!!!!! menudos recuerdos. El pastel cordobés hacía años que no lo comía y no me pude resistir una tarde de semana santa: cuña al canto. Mi madre hacía cortadillos de cidra de forma artesanal, algo inolvidable. Las sultanas, las tortas de manteca... me has hecho engordar un par de kilos solo con recordar.
ResponderEliminarel de relleno de jamón lo puedes comprar previo encargo en Roldan
ResponderEliminarbesos