Hoy en día los niños y las niñas ya no juegan
en la calle. Los peligros de la circulación, la tele y las videoconsolas han
colaborado para que se queden en sus casas haciendo deporte en el sofá.
En los tiempos de mi niñez, como no había ni
siquiera televisión, los días de vacaciones los dedicábamos exhaustivamente a
jugar en la calle: el trompo, la lima, las bolas (hoy llamadas “finamente”
canicas) eran, por así decirlo, la dedicación exclusiva de los niños así como:
la comba, el corro, la “tanga” o la gomilla lo eran para las niñas (entonces,
igual que ahora, los niños y las niñas no jugaban juntos mas que a “los
médicos”).
También había otros juegos un tanto más
brutales como: el “abejorro” o el “látigo” y, por supuesto, los clásicos del
“escondite” o “policías y ladrones”, “tú la llevas” y “balón prisionero” que permitían
el juego conjunto de niñas y niños.
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