─Ya no será lo
mismo.
─¿Sí?
─Que digo que ya no
será lo mismo.
─Ya, ya.
─¿Es que no estás
de acuerdo?
─Pues no sé…
─Pues no sé, pues
no sé. Pues está claro que ya no será lo mismo.
─¿Tan claro lo ves?
─Clarísimo, no me
cabe la menor duda.
─Por supuesto…
─¿Por supuesto el
qué?
─Por supuesto que a
ti no te cabe la menor duda.
─Ah, creía que
dudabas de mí.
─No, a mí tampoco
me cabe la menor duda.
─¿De qué?
─Pues de eso que
dices… de que no será lo mismo.
─¿Y tú qué sabes?
─Yo saber lo que se
dice saber, no sé mucho la verdad.
─Entonces ¿quién te
ha dado vela en este entierro?
─¿Es que se
entierra a alguien?
─Pues claro, no te
estoy diciendo que ya no será lo mismo.
─Ah, ya, que se te
ha muerto el gato, ¿no?
─No sé cómo me
junto contigo con lo torpe que eres.
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